lunes, 28 de enero de 2008

Sabina no tenía razón

Llegaste con el peor (el único) joggin´ que encontraste: rosa y de tela polar. No importó. Estabas sin depilar así que usaste remera (no musculosa), aunque transpiraras el doble. No importó.
Llegaste y los equipos estaban armados. No conocías a nadie. Tampoco importó.
Agarraste la pelota y te pusiste a darle a la pared. Un golpe fallido. No importó, te dije.
Y así otra vez, y otra, y no hubo ya tantos golpes fallidos. Y fuiste de corrido. Probaste golpe de arriba y recordaste por qué usabas cortas las uñas. Mejoraste flexionando más las rodillas. Las piernas con la misma distancia que hay entre los hombros. Flexionar, bajar, tomar envión, subir y en la subida, pegarle. Seguido. Intercalado. Golpe de arriba, golpe de abajo. Golpe de arriba, golpe de abajo, golpe de arriba, golpe de abajo, remate. Contra la pared. Una vez, dos, más. Fuerte. Más fuerte. ¿Pasaron diez años? Sonreís mientras golpeás la pelota contra la pared. No sabés a quién matarías pero aseverás que no tiene salida contra tu brazo derecho. Tenés buena rotación pero te falta abrir mejor la mano para pegarle con la palma completa. Cuestión de práctica. En el medio, le hacés el aguante a dos que están por jugar, y los acompañás en la entrada en calor. No te animás a jugar. Te insisten, porque todos juegan. Pero vos llegaste tarde y no. Hoy no. La próxima seguro. Hoy le pegás a la pelota. Hoy necesitás pegarle a la pelota. Y le pegás durante una hora y media, sonriendo. Y puteando lo que no sale. Reintentando hasta que salga. Aunque sudes. Aunque pegues mal y te hagas cuatro moretones en un mismo brazo. Aunque se te pueda romper la uña y sangres. Aunque el hombro te pida piedad y las paredes queden marcadas. Na, justamente porque el hombro te pide piedad y porque las paredes quedan marcadas. En un tiro pasó el grandote que mejor jugaba y te dijo: ¡sos buena! Y lo miraste porque no queda bien ignorar a un compañero. Pero lo miraste sin mirar. Porque tu atención estaba en un único objeto. Redondo. Con gajos de colores. Que no llegas a agarrar del suelo con una sóla mano. Que necesitás ver en movimiento y rebotando.
Hasta que respirás profundo. Observas todas las líneas de tu mano derecha marcadas. Tu mano derecha arde roja.
Y decís basta por hoy.

Cuando llegás a tu casa te duele todo. Moretones en las rodillas. Sobaco derramado entre los poros. Cabello húmedo. Brazos sucios. Músculos destrozados. Te mirás al espejo antes de entrar a la ducha, y no podés ver tu rostro. Está cubierto de dientes.

7 comentarios:

Mandarina dijo...

Lunita, no entendi la ultima parte ¿como cubierto de dientes? la metafora me gano. Perdon por la falta de tildes, asi soy.
Besos!

Lunita dijo...

jijiji
de la sonrisaaaaaaaaaaa!!! ;)

Conjuro dijo...

Las de hockey son las Leonas, ¿cómo les dirán a las jugadoras de la seleción de vóley?
Borombombom, borombombom, para Lunita, la selección.

Lunita dijo...

grosso mario!! pasa q no juego en la selección porque son muy malas ellas.... (¡¡¿¿?!!!)

Conjuro dijo...

Nacionalizate peruana, hace muchos años eran tan buenas como las cubanas y las brasileñas.
Aprovechá que se puso de moda el ceviche.

Lunita dijo...

mario, las cubanas ya tienen una Fernandez... y la rompe.
Ahora... usté quiere que me coma el banco??? jajajja

Anónimo dijo...

jajajaa, Luna... tanta advertencia en la despedida del siempre reina, que sola no puedo, que no estoy escribiendo las buenas ideas y me leí de punta a punta las peripecias de la niniadesastre y me resta decir... que Vos sos grosa.. SABELO!!
Año Nuevo, Vida Nueva... si eso incluye Voley, o Danza Afro da igual... el movimiento es vidaaaa
Felicitaciones al resto del grupo por el espacio!Besos